Intervención de Juan Barroso
¡Compañeros! Bienvenidos todos al primer mitin de la CNT tras la dictadura. Hemos pasado un periodo muy largo y duro, pero aquí estamos de nuevo para dar la tabarra. Muchos de los políticos profesionales alaban una transición democrática. Tenemos a la gente del PMP o del PSD pidiéndola. Pero nosotros los trabajadores sabemos que no existe transición posible que no supongo continuar con un régimen de explitación del hombre por el hombre. La CNT quiere la libertad, y no la libertad que dicen los capitalistas que nos dan a través de las elecciones. Eso son mentiras, engañios. La auténtica libertad solamente está en nuestras manos y en la acción cotidiana. Nuestra organización debe sentar las bases para la revolución, para la liberación de la humanidad. No podemos concebir la libertad como sinónimo de depositar nuestro poder, porque nosotros mismos tenemos que ser los que organicemos nuestro propio poder. Sin democracia directa no existe democracia y no existe libertad. Tampoco queremos a los fascistas que piensan que lo único que puede ser libre es la nación. La nación es el odio, es el peor invento que generó el hombre. Fue creado por las guerras y aun hoy es lo que hace que muchos hermanos de clase den su vida en las guerras que los poderosos hacen. ¡No queremos lucha entre compañeros, queremos lucha de clases!
Somos todos conscientes de que vivimos un momento de importancia histórica. En estos años se pueden decidir muchas cosas para el futuro de España y nosotros los confederales no podemos quedarnos parados. Tenemos que luchar por la autogestión de la sociedad. Tenemos que luchar por un sindicalismo combativo e independiente tanto del estado como de la burguesía, porque ambas son la misma. El estado burgués trabaja para un estado burgués, y aunque este estado fuese socialista, seguiría siendo un modelo de producción dirigido a la camarilla gobernante. Aunque este estado fuese socialista viviría bajo unas relaciones capitalistas con otros países y seguiría con un régimen de explotación y de represión a diferentes niveles. La liberación tiene que ser total. No queremos que nadie gobierne por nosotros, no queremos que nadie decida sobre nuestro trabajo, no queremos que nadie se entrometa en nuestra vida privada cuando no afectamos para nada al bien social. Liberarnos en el trabajo, en el gobierno y en la sociedad. Ese es el objetivo final del comunismo libertario y es lo que la CNT aspira a conseguir.
El sindicato, debe ser el arma revolucionaria de la clase trabajadora para lograr sus objetivos. Sabemos que muchos nos tachan de utópicos, otros de violentos y no son menos los que nos dicen ambas cosas. La utopía es el fin que buscamos, es nuestra meta. La utopía es posible y de hecho se realizó en el 36 en Cataluña. Aún queda gente viva, como Federica Montseny, que lo puede corroborar. Funcionó. Fueron los estalinistas, las burguesía liberal y el fascismo lo que provocó su caída, pero si esas tres corrientes se unieron rápidamente para derribarlo, fue porque comprobaron espantados como el pueblo en armas había construído lo que ellos no podían, ni con su cientifismo, ni con su poder económico, ni con su Dios. El pueblo autoorganizándose creó una nueva sociedad sin clases y con la libertad que un periodo de guerra podía ofrecer. Demostró que la anarquía es posible, y aunque quisieron destruírnos, aquí seguimos para conseguirla. Y violencia es la que generan ellos en los puestos de trabajo. Es la que generan con su policía, con sus cárceles y con sus ejércitos. Violencia es la de Casas Viejas, la del Golpe, la de Puig Antich... así que non nos vengan hablando de violencia, porque sólo con la anarquía desaparecerá.
Así pues, compañeros, os animo a todos a seguir con la lucha por la libertad y la confraternización.
¡Viva el comunismo libertario! ¡Viva la CNT!
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