
Cerca de 8.000 personas recorrieron la calle Alcalá.
Justo cuando se cumplía un año de la última huelga general, sindicatos de la CNT en la Comunidad de Madrid, salieron a la calle a demostrar que la protesta obrera ni se calla ni se domestica; que se necesita, más que nunca, redoblar la conflictividad obrera y social y, en definitiva, que no vamos a dejar de plantar cara a las políticas de recortes y pérdida de derechos impulsada por los gobiernos y las instituciones europeas, a instancias de la patronal y los mercados, y para ello, hay que ir trabajando por una verdadera huelga general.
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