Si bien es cierto que el respeto a la presunción de inocencia es un problema muy habitual de los medios de comunicación, en el caso que nos ocupa, el incumplimiento de este mandato ha sido especialmente grosero.
Múltiples medios, intentando preservar impoluta la imagen de la Alta Velocidad Española (AVE) como joya de la Corona de la depauperada Marca España, vieron la posibilidad de volcar toda la responsabilidad sobre el maquinista. Es importante señalar que esto se produce en un momento en el que un consorcio de 11 empresas, entre las que se encuentran ADIF y RENFE, opta a un contrato de 12.000 millones de euros en Brasil para la construcción de una línea de Alta Velocidad entre Rio de Janeiro y Sao Paulo. La concesión del contrato se falla el 19 de septiembre.
El fallo humano del maquinista, que circulaba a 190 kilómetros por hora cuando la velocidad de paso por A Grandeira era de 80, es posible. E, incluso, pudiera ser que sí, que fuera el único responsable de la tragedia, al margen del resto de posibles fallos y problemas. Pero lo cierto es que no está probado, que el maquinista no ha declarado ante el juez, que las cajas negras todavía no han mostrado su contenido a los investigadores, que los peritos e ingenieros no han dado un informe sobre las verdaderas causas del accidente.
Nada de esto ha importado en los últimos días para que ciertos medios hayan condenado al maquinista frente a la opinión pública, no sólo con datos verificados, sino incluso con manipulaciones, falsedades y, lo que es más grave, mentiras.
ABC y la foto de Facebook
El diario ABC publicó una noticia el día siguiente del accidente con una foto de la cuenta de Facebook del maquinista, en la que se veía el velocímetro de un tren que circulaba a 200 kilómetros por hora. Fue, sin duda, el punto clave en el que el relato del “maquinista culpable” alcanzó su cúspide.
El rotativo hacía así noticia de un hecho de dudoso carácter informativo, con la intención de hacer responsable al maquinista del accidente. Un tren circulando a 200 km/h es algo muy normal. A los maquinistas de alta velocidad se les paga por conducir a esas velocidades. De hecho, en el tramo previo al accidente, según marca la hoja de ruta, el tren debe circular a 220 km/h. Por eso se llama “Alta Velocidad”. El diario ignoró además un comentario de la misma foto el maquinista que señalaba que no podía ir a más velocidad porque si no le multaban.
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Extraído de lamarea.com
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