En el contexto actual el pensamiento en
colmena nos lleva a la crítica simplista de los recortes en las
pensiones “públicas”, desde el punto de vista de la defensa de las
mismas, frente a las privadas. El debate no está siendo bien enfocado,
ya que no se trata de una dicotomía entre pensiones públicas o privadas,
sino entre que el control sobre nuestra vejez lo tenga el Estado o las
empresas privadas. Este marco de protestas reduccionista lo están
poniendo los grupos políticos de izquierdas, defensores del papel
Estatal como modo de conservar sus privilegios. Es necesaria la memoria
histórica para comprender esa tercera vía que ninguno de ellos quiere ni
tan siquiera mencionar, donde los propios trabajadores organizados
gestionemos la salud y las necesidades colectivas sociales.
Mucha gente se está echando las manos a
la cabeza por lo que supone la nueva Reforma de las Pensiones. Somos
muchos los que vemos alejarse la hora de la jubilación, y somos muchos
también los que ni siquiera la vemos como una posibilidad remota.
También sabemos que las cuantías que recibamos van a reducirse y que se
va a beneficiar al negocio privado de las pensiones. En realidad es algo
que se podía intuir, ya que no es la primera, ni seguramente será la
última Reforma de las Pensiones.
CNT
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