No hace falta ser muy observador para darse cuenta de que el sistema capitalista ha implantado un modelo de vida, en el sentido amplio de la expresión, que conduce irremediablemente a la aniquilación de cualquier tipo de vida. Este modelo se fundamenta entre otras cosas en la constante explotación de todos los recursos y seres disponibles en pos de una constante acumulación de riqueza y poder.
Esta necesidad imperiosa de anclar todos los aspectos de nuestra vida a la obtención de dinero, ha llevado a tener que relegar toda forma de vida con visos colectivos para dejar paso a la atomización absoluta. De ahí a la legitimación de cualquier estrategia y recurso para imponernos al “otro” hay un paso (y lo hemos dado sin dudar ni un instante).
Para leer más: www.portaloaca.com/