sábado, 28 de septiembre de 2013

Egipto, Siria, poder, Estado, ejército y religión: la locura

COLUMNISTAS | JOSÉ LUIS VELASCO


Las matanzas de miles de personas en Egipto y Siria en agosto de 2013, con bombardeos y gases, por los gobiernos, elites y ejércitos de los Estados, muestra de forma nítida el horror, barbarie y salvajismo del poder, del Estado, que no duda en asesinar masivamente a la ciudadanía para mantenerse en el poder y en los privilegios de la riqueza.

La lucha por el poder y la riqueza bajo el manto de la ideología de la religión, el Islam y el cristianismo, configura la locura de la clase gobernante, que organizada en el partido único del ejército, utiliza toda la fuerza militar y criminal a su alcance para asesinar a la sociedad.

La locura del poder, del Estado, del gobierno, de la autoridad, del ejército y de la religión, se llama así: crimen, asesinato, muerte, destrucción, explotación, injusticia, sufrimiento humano y social.

¿Cuál es la razón para tanto crimen y asesinato de seres humanos? Las elites y clases gobernantes se consideran seres superiores, y a la sociedad, a la población civil nos consideran seres inferiores que hay que explotar y gobernar para vivir a costa nuestra. La religión es su ideología, la religión es la esencia del poder, su justificación, con la división de la sociedad en clases por medio de la violencia del ejército.

La religión, el poder, el Estado y el ejército es la locura de las élites gobernantes para conservar sus privilegios de riqueza, es la sinrazón de una ideología que destruye la sociedad, que enfrenta a los seres humanos, que los divide en clases sociales, que provoca el conflicto de intereses, que genera todos los sufrimientos e injusticias humanas.

La configuración social de una convivencia humana requiere otras actitudes, otras organizaciones, otras ideas, otras realidades. La sociedad necesita una identidad de intereses, no un conflicto de intereses, una confluencia de ideas de colaboración y de ayuda mutua, unas realidades de igualdades sociales y económicas, una organización social, no un gobierno de las personas, una administración de las cosas, no una explotación de las personas, unas ideologías de la razón y la ciencia, no de la mentira y de la religión, una actitud del acuerdo y de la colaboración, no del enfrentamiento y el asesinato, no se necesitan ejércitos ni militares ni asesinos, se necesitan seres humanos que consideren a los seres humanos iguales en derechos y deberes.

El acierto de la crítica del anarquismo al poder y a la religión, tiene su mayor exponente, hoy en día, en Egipto y Siria, el origen de las injusticias sociales, de las tragedias humanas, de las clases sociales, está en el poder, en el Estado, y este tiene su origen en la violencia militar de los ejércitos y en la ideología de la religión.

La inteligencia social de las ideas anarquistas configura una sociedad sin violencia, sin clases sociales, sin poder, sin Estado, sin autoridad, sin ejército, sin religión, sin injusticias. El anarquismo configura una sociedad donde la humanidad realmente sea humana y podamos desarrollar nuestra vida en igualdad y libertad, esa es nuestra esperanza, también nuestra realidad.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.