La empresa se echa atrás después de las movilizaciones de las trabajadoras y la presión de CNT.
El 10 de julio, la empresa y la UGT propusieron unas reducciones salariales que la sección sindical de CNT no podía aceptar sin ver las cuentas de los últimos años de la dirección. Después de un mes de lucha, la empresa accedió a enseñar al sindicato parte de los números, una vez estudiados por el Gabinete Técnico Confederal y el sindicato, se vio claramente que la pérdida de liquidez se debía a una mala gestión de los administradores. Ahora, con la presión sindical de la CNT encima, la empresa retrocede y se echa atrás en la aplicación de la reducción salarial que rebajaba los sueldos algunos de los cuales no llegaban a los mil euros.
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